Ayer
te tuve en mi almohada.
Varita mágica de hada
que me dio calor y abrigo.
Fui en tus sueños mendigo
y tu mi princesa alada
que me impuso su divino castigo
en una noche encantada.
Cebador de tu encendido
que eriza la hierba donde pasas
donde sabes que yo no olvido
donde hubo fuego quedan brasas.
Alcanzo a explorar tu piel
de caliza blanca y rubios guiños
tu boca me sabe a miel
jugamos enredados como niños.
Por fin, sucumbiendo en abrazos
de temblores enfermizos
esto ya son los ultimos coletazos
sigo teniendo la piel de erizo.
Ayer,
te tuve en mi almohada,
me hiciste lacayo tuyo,
varita mágica de hada
y yo con este amor tan puro.
Que injusta es la vida...
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