miércoles, 8 de junio de 2011

Para tí

Me quedo en silencio cuando te vas, pensando en tu
Amor imposible, me quedo en penumbras.
Riendo y llorando cuando te has ido,
Ironica vida esta, que apareces pero no estás, y mi
Alma te busca, poseída, buscando esos labios.

Juego con tus dedos, en mis sueños, sin ti todo es
Oscuridad, necesito tu mirada verde, quiero sentir tu
Sonrisa.Quiero sentir todo tu cuerpo.
Escuchar tu voz pidiendome que te ame.

Acariciar la suavidad de tu espalda, tomar con mis manos tu delicado
Rostro, y desearte, desearte hasta que dijeras "basta" que
Acabemos sudando entre complices risas, que en un pozo no quepa nuestro
Gozo. De pronto el silencio. Nos miramos fijamente a los
Ojos, mi mano se resbala por tus cabellos mientras pienso que
Nunca me apartaré de tu lado.No volvere a desaparecer más.

Cocinamos esa mañana juntos, todo es poco para mi nueva
Reina, que en su mirada solo veo
Esmeraldas risueñas y candentes. Queda claro y ya sabe que
Sueño cada día con tenerla, que todo es
Poco para mi niña, para mi amiga, para aquella que nunca
Olvido, y a la que le dedico esta aventura...

Soneto al amor pagado

Esto está basado en una charla que tuve con una persona que busca su amor con su mejor arma. El dinero.
Y este soneto es un pequeño homenaje a todas aquellas personas que encuentran su amor con profesionales.
Mi mas sincero respeto hacia todos. Clientes incluidos.
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Si no alcanzo un amor más verdadero,
pues no hay una mujer que a mi me quiera,
tendré solo el amor de una manera:
cuando pueda comprarlo con dinero.

Que no por ser de pago lo prefiero;
mas nunca esperaré de una ramera
que cuando hable de Amor, no me mintiera.
Su verdad es el sexo, y es sincero.

El amor de las más puras doncellas,
que prometen amarte eternamente,
brilla como la luz de las estrellas:

tan pálida, tan fría y tenuemente,
que en ningún corazón deja las huellas
que en ti si puede dejar el sexo ardiente.

viernes, 3 de junio de 2011

Soneto al hombre enamorado.

Coged un corazón que esté muy tierno,
palpitando en un pecho adolescente;
pedidle a una mujer, bella y ardiente,
que prometa ofrecerle Amor eterno.

Tenedle sin pensar, y sin gobierno;
y metedlo en el horno incandescente
del sexo y la pasión concupiscente,
cuyo calor se envidia en el infierno.

Privadle de la vista y el oído;
que no vea ni sienta qué ha pasado
en el tiempo con ella compartido.

En breve plazo, ya estará acabado;
dejad, después, que caiga en el olvido.
Así se guisa un "Hombre Enamorado".