No sé qué hacer con esta vida
de morir un poco más cada día
no sé que hacer con esta muerte
de vivir sin poder verte
de luchar en cien batallas
y no saber aún qué es lo que callas
de sentirme tanto y ser tan poco
de no tener nada y perder todo.
De salir a la calle y entender que no soy nadie,
imaginarme poeta...
y declararme cobarde
y siempre cerrada la puerta
y siempre llegando tarde.
Te quisiera a mi lado con tu sonrisa de antes borrando de mi pasado
toda herida incurable, quitándole a mi alegría
la tristeza constante,
la esperanza perdida,
el dolor agobiante.
Te imagino dormida respirando despacio y con la cara tranquila,
y tu mágico encanto,
con tu dulce sonrisa...
Y abrazada a mis brazos
y aunque sé que es mentira,
este sueño que invento
me conformo con escribirla
a plasmarla sin besos.
Una noche fría de enero. Un sueño que se repite.
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