miércoles, 9 de mayo de 2012

Penélope.

No se a cuantas islas desiertas llegué,
no se cuantos despertares con lluvias,
solo veo tu imagen tan lejana, parece ayer
arrojándome sin tus besos a las olas frias.

En mi memoria sigues tejiendo tu vida,
lagrimas de borracho con amarguras,
en escombros se convirtio la Iliada,
en cenizas arde el olvido de tu figura.

Han pasado los años y tú aun esperas,
la Penélope insonme y paciente,
bordando de seda las telas del pasado.

Zarpé sin saber que sería el mar de cera,
la Penélope esperanzada y valiente,
espera en su alma pura y triste a su amado.



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